Este ministerio juvenil existe para guiar a las nuevas generaciones a ‘crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo’ (2 Pedro 3:18). Inspirados en el mandato de Jesús de ‘dejad a los niños venir a mí’ (Marcos 10:14), creamos ambientes donde los jóvenes descubren que son ‘temas hechura de Dios, creados para obras buenas’ (Efesios 2:10).

A través de enseñanzas dinámicas, mentorías y actividades prácticas, les ayudamos a ‘ser ejemplos en palabra, conducta, amor, fe y pureza’ (1 Timoteo 4:12), mientras construyen relaciones que reflejan ‘el amor fraternal no fingido’ (Romanos 12:10).

Sabemos que ‘la palabra de Dios es lámpara a sus pies’ (Salmo 119:105), por eso equipamos a los jóvenes para que enfrenten los desafíos de su generación con identidad en Cristo, recordándoles que ‘nadie los desprecie por ser jóvenes, sino sean ejemplos’ (1 Timoteo 4:12). Juntos, formamos una generación que ‘clama a Dios y hace proezas’ (Salmo 145:4).